El Ayuntamiento de Sestao va a dar un paso importante para consolidar uno de los programas dirigidos a las personas mayores que se han puesto en marcha en los últimos años. Se trata del Observatorio de la Tercera Edad, un proyecto que combina la instalación de detectores de incendio en las viviendas de las personas mayores de 80 años que residen solas con la realización de un estudio personal de sus necesidades sociales. Tras dos años de prueba, en los que se ha comprobado la buena acogida que ha tenido este proyecto, el área de Acción Social y Personas Mayores ha sacado a licitación, por un importe máximo de 117.000 euros, su continuidad hasta 2019.

“Desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sestao trabajamos para promover el bienestar, la calidad de vida y la seguridad de las personas mayores. Con el fin de cumplir todos estos objetivos pusimos en marcha en 2014 el Observatorio de la Tercera Edad, un programa que en la actualidad cuenta con 572 usuarios y usuarias”, ha recordado la concejala de Acción Social y Personas Mayores, Flori Núñez.

El nuevo contrato, que tendrá cuatro años de duración, incluirá la instalación de nuevos detectores de incendio, el mantenimiento de los ya colocados, la realización de un estudio de necesidades sociales a los nuevos usuarios/as así como la actualización del estudio de las personas que lo pasaron por primera vez. Todos estos servicios son gratuitos para los usuarios y usuarias. El Ayuntamiento corre con todos los gastos, y ese es uno de los puntos fuertes del Observatorio de la Tercera Edad. 

Según los datos del Ayuntamiento, este hay 83 personas que cumplen los requisitos para acceder al programa, 62 personas los cumplirán en 2017, 44 en 2018 y 35 en 2019. No obstante, la edil avanza que estas cifras “posiblemente acaben siendo mayores por los propios movimientos demográficos, puesto que habrá matrimonios de personas mayores, en los que fallezca uno de los cónyuges, y el viudo o la viuda pasarán a cumplir los requisitos para entrar a formar parte del programa”.

Para Flori Núñez, no solamente hay que valorar la seguridad que aporta a las personas mayores el contar en casa con un detector de incendio. Los datos estadísticos revelan que el 80% de los incendios se producen en viviendas donde residen personas mayores debido especialmente a su reducida movilidad y a que sufren alteraciones sensoriales que les impiden actuar con rapidez ante un incendio. Para la concejala de Acción Social y Personas Mayores, también es “muy importante” la información que se recoge en los estudios individuales de necesidades sociales.

En este sentido, explica que algunas de estas personas “puede que tengan un problema” que no ha sido detectado hasta la fecha “porque no tienen relación con el Ayuntamiento ni con los servicios sociales”. Así, puede haber casos de personas mayores “que tienen una mala alimentación, sufren aislamiento social o que residen en una vivienda con barreras arquitectónicas”. Todas estas incidencias son analizadas por el equipo de trabajadores/as sociales para tratar de buscas soluciones a cada uno de los problemas con las herramientas que ofrece el Ayuntamiento y el resto de administraciones públicas.