El equipo de gobierno ha presentado hoy en la Comisión de Hacienda y Patrimonio el balance de gestión de las viviendas municipales correspondiente al periodo comprendido entre enero de 2016 y septiembre de 2017.

El Consistorio es propietario en la actualidad de 117 pisos, la mayoría de ellos situados en las calles Los Baños, Autonomía y La Bariega, y se encuentran gestionados por la sociedad pública Sestao Berri desde el año 2008. De estos 117 pisos, 115 (el 98%) se encuentran ocupados y solamente dos están deshabitados. La razón es que se han detectado humedades y se van a realizar obras para tratar de subsanar estas deficiencias, esperando que para primavera puedan estar de nuevo operativos.

Respecto a la tipología de los contratos, 57 (50%) tienen carácter vitalicio, 51 (44%) tienen una duración anual prorrogable, 5 (4%) son contratos en precario que no pagan alquiler y 2 (2%) son contratos de cinco años de duración.

La renta media que abonan los inquilinos es de 86,08 euros al mes, un precio muy ajustado para facilitar el acceso de la ciudadanía a la vivienda pública.

De los 1.323 recibos que fueron girados a lo largo del año pasado, Sestao Berri consiguió el cobro de todos ellos. En cuanto al balance del año 2017, hasta el mes de septiembre se habían facturado un total de 1.000 recibos, quedando 9 de ellos pendientes de cobro, lo que supone un índice de morosidad del 1%, una cifra bastante baja que mantiene la tendencia de los últimos años, en los que se ha conseguido alcanzar mínimos históricos.

Durante el año 2016 y hasta septiembre de 2017 el Ayuntamiento ha resuelto un total de seis contratos: uno por fallecimiento, otro por ingreso en residencia, dos por la finalización del realojo y la vuelta de los inquilinos a su hogar habitual, otro más por cambio de residencia y el último por la resolución del contrato que tenía en precario.

En este mismo periodo se han firmado seis contratos: tres realojos definitivos procedentes de Txabarri nº 57 (edificio que será demolido), un realojo transitorio proveniente de Gran Vía nº 80 (edificio que sufrió un  incendio en marzo y tuvo que ser desalojado por los daños sufridos en su estructura), otro realojo definitivo proveniente de las expropiaciones de la calle San Ignacio y, por último, la firma de un nuevo contrato con el descendiente de un titular que había fallecido.

En las viviendas municipales residen 125 unidades convivenciales que suman un total de 304 personas, de las cuales 58 son menores de edad, 55 mayores de 65 años y las 191 restantes adultas.

En cuanto a las cuotas de comunidad que abonan los inquilinos, la horquilla oscila entre los 30 euros la más barata y los 65 euros la más cara, en función de si deben acometer o no reformas en los elementos comunes.

Durante el último año y medio se han realizado 61 visitas a los pisos para revisar su estado de conservación y el buen uso de los elementos comunes. En total hubo que atender 25 incidencias técnicas, resolviendo el 70% de las mismas, mientras que el 30% restante se encuentran en fase de solución a la espera de negociar mejores presupuestos. Para el mantenimiento y la puesta a punto de las viviendas municipales en este periodo, el Ayuntamiento ha realizado un desembolso de casi 70.000 euros euros.

El balance realizado por la concejala de Hacienda y Patrimonio, Leire Corrales, tras presentar estos datos ha sido bastante positivo. El edil ha destacado ante todo el alto nivel de ocupación de las viviendas y la baja tasa de morosidad. Ha subrayado la importancia de contar con un parque municipal de viviendas para atender las necesidades de realojo que puedan surgir, tanto por los planes de regeneración de la zona de Txabarri-El Sol como por sucesos como el incendio acaecido este año en Gran Vía nº 80. Finalmente, ha anunciado que el próximo año el Ayuntamiento incrementará este parque municipal de viviendas con 91 nuevos pisos gracias a la incorporación de 58 en La Punta, 28 en la calle Txabarri y 5 en la calle 25 de Diciembre.