El Ayuntamiento de Sestao ha vallado una zona de 3.150 metros cuadrados en el parque de La Benedicta con el objetivo de que los perros puedan permanecer sueltos dentro de este recinto las 24 horas del día. Con esta acción, el Consistorio quiere conjugar los intereses de las personas que son propietarias de las mascotas y del resto de usuarios y usuarias que acuden al parque para disfrutar las instalaciones, diferenciando y delimitando claramente cada uno de los espacios. 

El parque para perros de La Benedicta es el segundo que se instala en la localidad. El primero abrió sus puertas en el año 2010 en un solar situado entre el instituto Ángela Figuera y el aparcamiento de Las Canteras. La concejala de Obras y Servicios, Leire Fernández, explica que este recinto “es muy utilizado por la ciudadanía que vive en la zona centro de Sestao, pero hay vecinos de otros barrios que no se desplazan hasta allí por la distancia, por ello surgió la idea de crear otro espacio más en el pueblo”. Este nuevo recinto nace con la vocación de prestar servicio a la zona de Txabarri, Sotera de la Mier, Grupo La Paz y Grupo Miramar, los barrios que se encuentran más próximos a La Benedicta.

El Consistorio ha cercado la zona para perros con una verja metálica de color verde, ha instalado una fuente para que los perros puedan beber agua y también se ha colocado una papelera en una de las dos puertas de entrada para que los propietarios depositen las bolsas con los excrementos de sus mascotas.

Se ha escogido la zona de mayor ladera del parque para que el resto de usuarios que acuden a pasear, a jugar en los columpios o a sentarse en los bancos disfruten de la parte más accesible.

A la entrada de este txakurgune se ha instalado un panel con las normas de uso del parque. Así, se recuerda que es obligatorio recoger los excrementos, vigilar los movimientos de los perros y sacar del parque a aquellos que muestren un comportamiento agresivo. Además, los perros de razas potencialmente peligrosas tendrán que acceder al recinto con bozal y correa de forma obligatoria, quedando también prohibido el uso de collares de puntas en el interior.

El Ayuntamiento hará un seguimiento de la opinión de los usuarios y usuarias para comprobar si detectan alguna necesidad en el parque para perros y atenderla en caso de que se factible desde el punto de vista económico.