El problema al que hace referencia estas preguntas está relacionado con el expediente abierto al anterior "tax lease" español que debía haberse resuelto a principios de este año. Mientras no haya una solución definitiva los astilleros que se beneficiaron de este sistema trabajan bajo la amenaza de tener que devolver los incentivos fiscales que favorecieron la contratación de 273 buques entre los años 2002 y 2010 por valor de 7.800 millones. Todas esas construcciones se realizaron con el antiguo "tax lease". El antiguo régimen fiscal aplicable a la construcción naval, diseñado y aplicado por las autoridades fiscales españolas fue denunciado por los astilleros holandeses y declarado ilegal por la Comisión Europea. El nuevo sistema, aprobado a finales del año pasado, aunque rebaja en cerca de diez puntos los incentivos fiscales a los que podrán acogerse los astilleros, cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea.

El PNV cree que los prejuicios ocasionados por la ausencia de Tax lease en estos años es de tal calibre que no debería acumularse a la devolución de los incentivos cobrados anteriormente.Por una parte y a efectos internos, la ausencia de Tax lease en España desde la denuncia anterior ha propiciado que los astilleros de este país hayan perdido la construcción de cerca de cincuenta buques que han ido a parara los astilleros de Holanda y Noruega. Lamentablemente este flujo de contratos es simplemente interno, pues los astilleros europeos en su conjunto han perdido cuota de mercado frente a los asiáticos ha disminuido del 23% al 5% en los últimos quince años.

Con estas pregunta el PNV se ha hecho eco de la preocupación con que el Foro Marítimo Vasco, el sector de la construcción naval y el propio astillero de "La Naval" de Sestao, que han constatado una vez más los efectos que tiene este retraso en su capacidad para obtener contratos. En concreto "La Naval" acaba de perder un contrato de 220 millones de euros. El pedido era de un armador noruego, cliente habitual del astillero vasco. El contrato finalmente ha recaído en un astillero coreano privando a "La Naval" de carga de trabajo hasta 2015, la generación de 1,7 millones de horas de trabajo y muchos pedidos para la industria auxiliar.

El sector naval vasco considera que mientras no haya un pronunciamiento definitivo sobre el anterior régimen español de Tax lease todos los astilleros afectados por este conflicto padecen una incertidumbre que lastra su competitividad, cuestiona la solvencia del sector frente a sus clientes y dificulta el acceso a los avales y mecanismos de financiación que son indispensables para la construcción naval. Igualmente esta incertidumbre convierte en papel mojado el nuevo sistema de financiación de activos aprobado en noviembre de 2012.

Los clientes, en concreto, temen que una decisión de la comisión favorable a devover los incentivos cobrados provocase graves problemas económicos a los astilleros afectados. Esa incertidumbre pesa a la hora de encargar un barco a un astillero que podría quedarse sin recursos en el transcurso del proceso de construcción del barco.

Por ello la eurodiputada jeltzale ha preguntado a la Comisión europea sobre el plazo en que está prevista esta decisión las razones que motivan un retraso tan pernicioso para este sector de actividad económica.

El PNV también pregunta a la Comisión Europea sobre las medidas que piensa adoptar para fomentar una colaboración de la construcción naval europea frente a la competencia externa. Todos losa astilleros europeos han perdido cuota de mercado frente a los países asiáticos. El PNV muestra su extrañeza "ante la inexistencia de una política europea destinada a poner en valor las fortalezas de la industria naval europea dinámica e innovadora y abandonar la perniciosa dinámica de denuncias interestatales que no ayuda en nada a superar la actual situación".

La eurodiputada izaskun bilbao ha explicado que "Hemos presentado estas preguntas porque estamos muy preocupados por la incertidumbre que pesa sobre nuestros astilleros en torno al anterior sistema de incentivos fiscales a la construcción naval. Eso esta impidiendo que nos compren más barcos y amenaza el empleo en un sector que siempre ha sido referencia en Euskadi. Los clientes confían en la calidad y tecnología de los barcos que construimos, pero compran en otro sitio porque temen que los astilleros se vean afectados por este problema mientras construyen su barco. Por eso hay que aplicar el nuevo sistema aprobado en 2012 y hay que propiciar que todos los astilleros europeos entiendan que su competencia no está aquí sino en Asia. Así que mejor acabar con las denuncias entre nosotros y enfrentar al verdadero adversario, porque tenemos muy buenos argumentos para competir".